Rollos de canela

¡Hola a todos! Espero pillaros con hambre porque hoy os traigo la receta para hacer unos deliciosos rollos de canela o cinnamon buns, ¡con los que os chuparéis los dedos! Estos rollitos son muy típicos en el norte de Europa y Estados Unidos. No sé si conocéis la serie de libros de Camilla Läckberg, protagonizada por Erica Falck, pero cada dos por tres están comiendo rollitos de canela, de hecho los tienen congelados y cuando les apetece, los hornean, ¿qué bien, no? ¡jaja! En fin, que son unos bollos con un delicioso sabor a canela que tenéis que probar. La preparación es sencilla, sólo tenéis que contar con tiempo para dejar que la masa suba. ¡Vamos a empezar!

Ingredientes

Para la masa

2 huevos

100 ml de leche

70 gr de mantequilla

25 gr de levadura fresca

100 gr de azúcar

450 gr de harina

1 huevo para pintar antes del horneado

Para el relleno

70 gr de mantequilla 

200 gr de azúcar moreno

3 cucharadas de canela en polvo

Empezaremos mezclando en un bol los huevos, la leche y la mantequilla blandita. Con la mano, desmigaremos el cubito de levadura fresca y lo incorporamos también. Agregamos el azúcar y cuando esté todo bien mezclado añadimos la harina. Amasamos bien con una cuchara y luego con las manos enharinadas para que no se nos pegue. Si lo necesitáis, podéis añadir un poco más de harina. Cuando la masa esté lisa, la dejaremos reposar dentro del bol, tapada con papel film o un paño, durante una hora aproximadamente. 

En este rato, podemos preparar el relleno. Para ello, derretimos la mantequilla completamente y la mezclamos con el azúcar moreno y la canela. 

Pasado este tiempo la masa habrá doblado su tamaño. Entonces la pondremos en la mesa enharinada y la estiraremos con un rodillo, dándole forma rectangular y de un grosor de un centímetro. Esparcimos el relleno por toda la superficie y ya podemos enrollar desde la parte más larga. Luego cortamos rodajas de unos 4 centímetros y las ponemos en la bandeja del horno con papel sulfurizado para que no se peguen. Ahora volveremos a dejar reposar los rollitos unos 45 minutos más. Pasado este tiempo, batimos un huevo y pintamos con él los rollos ayudándonos con un pincel. Por último, los hornearemos con el horno precalentado a 180ºC unos 15 minutos, hasta que estén dorados. 

Y ya los tendremos listos. Se pueden glasear con una mezcla de azúcar glass y agua, o incluso con crema de queso, pero yo prefiero dejarlos al natural. Cuando están calientes están buenísimos, así que no hace falta ni esperar a que se enfríen, ¡pero cuidado, no os queméis! ;) Espero que os haya gustado la receta y ya me contaréis si los probáis. ¡Hasta pronto!

¡Mmm, cómeme!